martes, 3 de junio de 2008

Atardeceres


por mucho tiempo he tratado de determinar que es lo más perfecto de la creacion, y pienso en los bosques, los rios, los lagos, la selva, el ser humano, el insecto mas pequeño, el animal mas grande, el mar que es de mis favoritos pero a lo largo del tiempo he decidido que los colores y sensaciones que los atardeceres provocan en el hombre y en los animales es incomparable con cualquier otra cosa, los he visto en muchos lugares de nuestro bello pais, pero los de octubre en puerto vallarta han sido los mejores. A veces vivimos tan enajenados, tan aprisa, tan mecanicamente, tan sin vivir que no nos damos tiempo de disfrutarlos y por eso disfruten las siguientes imagenes:

Mujeres - Manuela Saenz


No soy feminista, sin embargo existen mujeres casi desconocidas por la juventud de hoy y quienes sus ideologias, valores y principios son dignos de reconocerse una de ellas es manuela saenz.


Mujer latinoamericana que nació en Quito, el 27 de diciembre de 1797, hija natural de Simón Sáenz y María Joaquina de Aispuru. Su padre, era rico y estaba casado con otra mujer, su madre era de una familia acomodada aunque no de las altas esferas.
Cuando la niña tenía sólo seis años quedó huérfana de madre. Este hecho, fue moldeando su carácter y como además estuvo rodeada de sus dos hermanos, participantes asiduos en la revolución libertadora. Así, siempre rebelde y con mucha fuerza Manuelita se convirtió pronto en un valuarte de la Revolución.
Mientras todas las jovencitas estaban siendo educadas para casarse, Manuela a los doce años de edad se pliega a las fuerzas revolucionaras emancipadoras que iniciaron la Revuelta en Quito, el 9 de agosto de 1809. Este proceso duró poco, no así las ideas rebeldes de manuela que la acompañaron toda su vida.
En 1814, a los 17 años fue enviada a un convento para que fuera educada como todas las señoritas en Quito. Pero la inquieta personalidad de la heroína no permitiría este reposo, y en poco tiempo se enamoró de Fausto D’Elhuyary, con quien huye del convento. Este amor fue bastante inestable y fueron bastante frugales ya que en 1818, ella contrajo matrimonio con el médico inglés James Thorne, hombre que le doblaba la edad, pero quien era muy adinerado. Él estaba realmente enamorado de la joven y le perdonó sus infidelidades y sus andanzas políticas.
Un año después la conflictiva pareja llegó a Lima, donde Manuelita inició frecuentes tertulias revolucionarias. Esa era su vida social. En julio 28 de 1821, Manuelita estuvo allí cuando se declaró la independencia del Perú y participó de lleno en todo el proceso. Fue debido a sus servicios patriotas y asu valor que se le nombró Caballero de la Orden del Sol.
En 1822, Manuela viajó a Ecuador con su padre, dejando a su marido en Quito. El 24 de de mayo, día del triunfo de Pichincha. Manuela tuvo la oportunidad de entablar amistad con el general Sucre. También conoció al General Juan José Flores y a quien sería llamado Libertador, Simón Bolívar. A partir de ese instante la joven de 25 sería la fiel compañera y amante del gran héroe Bolívar.
Al año siguiente, se traslada con Bolívar al Perú y se convierte en uno de sus secretarios más allegados. En los años que siguieron, Manuela se cuenta dentro del ejército que lucha por la libertad. En esta época escandalizaba a todos, cuando utilizaba uniforme de soldado para ir a las campañas. Pasaba algunos lapsos en la residencia LA Magdalena, hogar prohibido de la pareja, donde guardaba que los papeles de su amado Simón estuvieran en orden.
Cuando el libertador se encontraba al sur del Perú y en lo que hoy es Bolivia, el marido de Manuela intentó un acercamiento con su mujer. Ella muy airada, le envió una carta que todavía se conserva donde explica por qué la relación es imposible y en la cual da fin a su matrimonio.
Gracias a que Manuelita era no sólo muy activa y realmente creyente de la causa, sino también recelosa, valiente, curiosa y mujer de armas tomar pudo salvarle la vida a su amante en dos ocasiones durante el año de 1828, a raíz de lo cual se le conoce como Libertadora del Libertador.
En 1829, el Libertador viajó a Ecuador y ella se quedó en Perú. En Bogotá se encontraron de nuevo, corría el año de 1830. El 8 de mayo, Bolívar se despidió de ella para viajar a la costa atlántica donde murió. Tanto le impactó la noticia de la muerte de su amado, que Manuelita intentó suicidarse ese año.
A pesar de lo inestable de la situación política y de que ya no contaba con la presencia de querido Simón, Manuelita se recuperó y siguió actuando como revolucionaria, por lo que cuando el general Francisco de Paula Santander (1792-1840) fue electo Presidente, la expulsó de la Nueva Granada. Exiliada huyó a Jamaica donde Maxwell Hyslop la acogió, pues el era colaborador del ya desaparecido libertador. Al año siguiente regresó a Ecuador, pues creyó que podría confiar en Juan José Flores, pero en el 18 de octubre de 1835 fue expulsada por el gobierno de Vicente Roca-fuerte.
Exiliada de su propia patria, Manuelita se instaló en el puerto Paita de Perú donde vivió los siguientes 21 años en medio de duras condiciones económicas y confiando en Flores a quien le escribió durante todo su exilio. Aunque su marido intentó una nueva reconciliación y le ofreció dinero y aunque en 1837 se permitió su regreso a Ecuador, ella se mantuvo en su pobre exilio. Nunca pudo recuperar su bienes ni la dote que al morir Thorne le devolvía en su testamento.
El 23 de noviembre de 1856 en el puerto peruano, Manuela Sáenz murió de difteria sin haber regresado a su tierra y en una situación ecónomica bastante difícil.

lunes, 2 de junio de 2008

Joan Miró


Uno de mis artistas plásticos favoritos es Joan Miró. Me encantan sus obras aunque muchas personas lo critican por sus dibujos pues refieren que dibuja como un niño. Para mí los colores que utiliza representan felicidad absoluta y sus pinturas ingenuidad. Además de su sentido artístico contaba con un gran sentido humanitario, fundo una asociación para chicos que no tuvieran la posibilidad económica de estudiar arte, pero si la iniciativa. Eh aquí algo de su historia.

Pintor español cuyas obras recogen motivos extraídos del reino de la memoria y el subconsciente con gran fantasía e imaginación, y que se hallan entre las más originales del siglo XX. Miró nació el 20 de abril de 1893 en Barcelona y allí estudió en la Escuela de Bellas Artes y en la Academia Galí. Su obra anterior a 1920 muestra una amplia gama de influencias, entre las que se cuentan los brillantes colores de los fauvistas, las formas fragmentadas del cubismo y las bidimensionales de los frescos románicos catalanes. En 1920 se trasladó a París, encontrándose con Pablo Picasso, donde, bajo la influencia de los poetas y escritores surrealistas, fue madurando su estilo. Miró arranca de la memoria, de la fantasía y de lo irracional para crear obras que son transposiciones visuales de la poesía surrealista. Estas visiones oníricas, como El campesino catalán de la guitarra (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid), El carnaval del arlequín (1925, Galería Albright-Knox, Buffalo) o Interior holandés (1928, Museo de Arte Moderno, Nueva York), a menudo comportan una visión humorística o fantástica, conteniendo imágenes distorsionadas de animales jugando, formas orgánicas retorcidas o extrañas construcciones geométricas. Las composiciones de estas obras se organizan sobre neutros fondos planos y están pintadas con una gama limitada de colores brillantes, especialmente azul, rojo, amarillo, verde y negro. En ellas se disponen sobre el lienzo, como de modo arbitrario, siluetas de amebas amorfas alternando con líneas bastante acentuadas, puntos, rizos o plumas. Posteriormente, Miró produjo obras más etéreas en las que las formas y figuras orgánicas se reducen a puntos, líneas y explosiones de colorido abstractos. Aunque identificado con la causa republicana, tras el inicio de la II Guerra Mundial volvió a España en 1940, donde llevó una vida retirada durante toda la dictadura franquista. Miró también experimentó con otros medios artísticos, como grabados y litografías, a los que se dedicó en la década de 1950. También realizó acuarelas, pasteles, collages, pintura sobre cobre, escultura, escenografías teatrales y cartones para tapices. Sin embargo, las creaciones que han tenido una mayor trascendencia, junto con su obra pictórica, son sus esculturas cerámicas, entre las que destacan los grandes murales cerámicos La pared de la Luna y La pared del Sol (1957-1959) para el edificio de la UNESCO en París y el mural del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. En la actualidad su producción puede contemplarse en la Fundación Joan Miró en Barcelona, inaugurada en 1975, así como en los principales museos de arte contemporáneo de todo el mundo.

A lo largo de la historia, el ser humano ha sentido la inquietud de dejar testimonio de su existencia; de atesorar en imágenes personas y momentos. Para lograrlo, en épocas pasadas se usaron la pintura y la escultura; pero la incorporación de la ciencia trajo nuevos inventos que abrieron increíbles posibilidades de representación del hombre y su entorno.
Uno de estos inventos es el cine. Históricamente se ha marcado el 28 de diciembre de 1895 como la fecha de su nacimiento. Ese día en el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos, en París,
Luis y agusto lumiere realizaron la primera proyección de cine: fueron 10 o 12 pequeños documentales que dieron inicio a lo que ahora conocemos como arte, industria y espectáculo; una combinación entre ciencia y reflectores, fama y fortuna.
¿Qué es el cine? Su significado nos remite inmediatamente a un gran espectáculo lleno de luces, maquillaje, actores y popularidad; pero el cine tiene un origen científico.¿Qué responderías si alguien te invitara al cine, pero te advirtiera que la mitad del tiempo la pantalla va a estar en blanco? Seguro dirías que no te interesa ir, pero en realidad siempre que vas al cine pasas la mitad del tiempo frente a una pantalla en blanco, sólo que no te has dado cuenta.Técnicamente el cine es una proyección sucesiva de fotografías impresas sobre una cinta, ¿entonces por qué no percibimos una serie de fotografías, sino imágenes en movimiento? Esto sucede debido a tres elementos que nos ayudarán a saber qué es el cine: la fotografía, la proyección y la persistencia de la visión.